María Montessori, fundadora de la pedagogía Montessori, comenzó diseñando materiales específicos para ayudar a los niños a aprender a través del movimiento y obtuvo resultados notables. Posteriormente creó la primera “Casa del Niño”. Les enseñó a cuidar de sí mismos y de su entorno, luego los apoyó en el aprendizaje utilizando los materiales que ella y otros profesores habían diseñado. También en este caso los resultados fueron muy significativos: todos estos niños aprendieron a leer y contar sin ninguna dificultad y en edad preescolar. El papel del educador consiste, por tanto, en observar el desarrollo del niño para apoyarle en el aprendizaje cuando lo necesite. Luego dedicó su vida a observar el comportamiento y el desarrollo de los niños. Mejoró constantemente su equipamiento para seguir de cerca las necesidades de los niños según su desarrollo. Estaba convencida de que la paz universal sería posible educando a los niños en el respeto, la tolerancia y, sobre todo, el respeto por el medio ambiente. Esta pedagogía está hoy presente en todos los continentes, trascendiendo culturas, religiones, tradiciones lingüísticas y sistemas políticos.